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En los últimos años la drástica escalada de la violencia y el crimen organizado en Centroamérica han ocasionado un fuerte aumento de solicitudes de asilo (se duplicaron del 2014 al 2015), tanto de niños como de familias enteras, particularmente provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras, también conocido como el Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA). Las actuales cifras de homicidios en el TNCA se encuentran entre las más altas registradas en el mundo.
Las desapariciones, el reclutamiento forzado por parte de las pandillas y la explotación sexual de niñas, jóvenes y mujeres son parte del patrón de violencia. Negarse a ser parte de estos grupos o a colaborar con ellos conduce a amenazas o actos de violencia hacia los niños y sus familias.

Una de las principales preocupaciones respecto a esta situación es el incremento en el número de niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de las pandillas (duplicado cada año desde el 2011) y que ahora huyen de su país, a menudo no acompañados y separados, exponiéndose aún más al riesgo de agresión sexual, la trata de personas y otros riesgos de protección durante el desplazamiento.
La necesidad de protección para los solicitantes de asilo, refugiados, retornados y desplazados requiere una urgente respuesta regional y estratégica en estrecha coordinación y corresponsabilidad entre los actores involucrados.

In recent years, violence and organized crime in Central America have caused a significant increase in the number of asylum applications (doubled from 2014 to 2015) in particular amongst children and families, mainly from the Northern Triangle of Central America (NTCA). The current homicide rates in the NTCA are amongst the highest recorded in the world. Forced disappearances and recruitment by gangs, sexual exploitation of young girls and women, form part of the patterns of violence. Refusing to be part of the gangs or to collaborate with them leads to threats and acts of violence towards children and their families.

One of the main concerns regarding this situation is the increase in the number of children and adolescents who have been targeted by the gangs (this number has doubled each year since 2011) and who have been forced to flee their country of origin, often unaccompanied or separated, exposing themselves to an even higher risk of sexual assaults, human trafficking and other protection risks during their displacement. Protection needs for asylum-seekers, refugees, returnees and internally displaced persons require an urgent, regional and strategic response through close coordination and responsibility sharing of all relevant stakeholders.

Martín, 

15 años,

El Salvador

Olga,

12 años,

Honduras

Jorge, 

12 años,

Honduras

Carmen, 

16 años,

El Salvador

Miguel, 

12 años,

El Salvador

Teresa,

15 años,

El Salvador

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